MALDITA VERSION DE BLOGGER NUEVA! TE DETESTO MALDITA HIJA DE PUTA!!
Bueh, me oblgo nomás.
Texto nuevito.. para todos, ahi les va.
que les guste.
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Horas de miedo


Para J.S.P.S por
alentarme a seguir




Flaco. Alto. Despreocupado. Pelo Largo, desordenado, aficionado a vagar.Esas serian las señas que aparecerían en el diccionario si tuviera que hablar de Marcelo.
Pero a él, eso nunca le importo. Solo siguió con desgano el curso de su vida, observándola escurrirse entre los dedos, como el agua en el cuenco de las manos, los ojos vendados de realidad, no se conocía, ni creía conocer a nadie, hasta que ocurrió aquelloEse viaje, como no podía ser de otra forma, tuvo que ser en un colectivo. Todo lo que el creía saber de la vida, de las personas, del ser humano, de si mismo, y de todo el entorno, cambio profundamente, desde su base.
Nunca se imagino el, que al tomarse otra vez ese colectivo que lo llevaría, como el creía, a su provincia natal, a santa fe, cambiaría de ese modo su vida.Todo comenzó un viernes de enero, lo recuerdo porque eran vacaciones.Yo, partiendo desde Mendoza, iría hasta entre rios. O eso creía.Mi pasaje, llevaba el numero 22, pasillo. El colectivo llegaba con una hora de retraso. Esto es, a las 8 pm.Cuando por fin estuve adentro, encontré, en el asiento 21 a ese extraño.
Marcelo, se llamaba. Iba solo hasta santa fe, a visitar a su familia.
- Obligaciones familiares- me había dicho.Me acomodé en el asiento, y le pregunte su edad.Casi en la mayoría de edad me dijo. diecisiete, supuse.El colectivo empezó a moverse, y la tarde ya iba siendo noche.me puse los auriculares al oído y no supe más, hasta la hora de la “cena”.nos sirvieron alguna porquería, como es la comida de los colectivos, ravioles, creo.una vez que nos retiraron las bandejas de comida, y en tres puntos estratégicos –adelante, medio, atrás- se levantaron 2 hombres y una mujer de sus asientos. alcance a verles las caras.
Uno de ellos, Tez morena, ojos oscuros, un bigote y su respectiva barba le cubrían casi toda la cara, tenia las cejas muy espesas, pero separadas. El pelo muy corto, estilo militar. Y llevaba un revolver Smith & Wesson calibre 38, 5 tiros. Un revolver nuevo, inoxidable, lo apodaban “El Piojo “El otro hombre, pálido, nervioso, el miedo se veía en sus ojos celestes. era su primera vez. Alto y con el pelo largo, hasta por debajo de sus hombros.su bigote era tan insignificante como su personalidad. Un nadie.Portaba muy ostentosamente un Colt calibre 38 de 6 tiros.Ambos vestían de negro.Y la mujer.
Muy elegante, rubia teñida, supuse, por el color de sus raíces.vestía en colores “pastel” (lo único que pude aprender de mi madre, el rebuscado nombre de los colores). En esas extensas 8 horas, demostró toda su inteligencia y su entereza para manejar a los otros dos sujetos como quisiera.Iba armada con un revolver Rubi Extra de 9 tiros.
Los dos hombres, en cuanto se levantaron, se pusieron sendos pasamontañas, la mujer, por el contrario, iba a cara descubierta.Nunca entendí porque para robar, un delincuente tenia que decir “esto es un asalto”Creo que si uno ve a tres personas armadas y con pasamontañas en la cara, entiende todo.
Pero ellos lo dijeron.la mujer, que estaba mas cerca de la escalera, fue a encañonar al chofer, que extrañamente, iba sin copiloto, o nadie sabia donde estaba.El hombre pálido, al grito de “al que se mueva lo quemo” recorrió todo lo largo del pasillo. Cuando paso a mi lado, tuve un escalofrío, el hombre fue y vino observando a todos, y apuntando a alguien de vez en cuando.En el momento en que apunto a Marcelo, vi como le temblaba la mano.Y si te quemo a vos? Le dijo-Marcelo lo miro con desprecio y volvió su vista hacia la ventanilla.El primer hombre maniato al chofer y tomo el mando del colectivo, saliéndose de la ruta habitual de este, tomando un camino de tierra, de los tantos que desembocan en la ruta.
Todo parecía perdido a esa altura, que podían hacer, por mas de que fueran 40 pasajeros, contra tres personas armadas. Nada, parecía.la mujer, supe, había tomado posición en la planta baja.En ese momento resonaron tres disparos, y todo el mundo grito.En cuanto tuvimos oportunidad, Marcelo me dijo:-hay que hacer algo, si no, de acá no salimos vivos.yo coincidía con el, pero no sabia que.En ese momento el colectivo se detuvo, en el medio de la nada.nadie entendía nada, y el desconcierto, por sobre el miedo, reinaba en el colectivo.
En ese momento pensé en las opción de que tuvieran una guarida por la zona, o que fueran a subir mas delincuentes, y si eso fuera así, estábamos perdidos, definitivamente.Fíjate que pasa- le dije.-Están bajando gente, están bajando gente!en ese momento entendí, o creí entender todo.
Los tres tiros debieron ser para el copiloto, que debía haber estado en el baño, y ahora, una vez saqueada la gente de la planta baja, la dejaban varada en el medio del monte, a las 12 de la noche. Temí que ese fuera también nuestro destino, con el agravante, de que cuanto mas avanzaba el colectivo, que ahora tomaba ruta hacia el norte, entre follajes y naturaleza que nunca había conocido la presencia del ser humano, mas lejos de cualquier civilización estábamos. Se lo comente a Marcelo.Yo estaba temblando de pies a cabeza, estaba caliente por donde me tocara y me sentía perdido, presa del miedo.Por otro lado, Marcelo seguía frió, impasible, como si todo esto fuera normal, y no hacia caso a nada de lo que yo le dijera. Cerró los ojos, como si estuviera meditando una decisión, una idea loca que le daba vueltas por la cabeza.En el colectivo, reinaba el miedo. Las mujeres que antes gritaban, ya no lo hacían por miedo a ser victimas de esa Colt encargada de la planta alta, (y de ese hombre, que por intentar fingir valentía, era capaz de dispararle a cualquiera) y ahora se limitaban a llorar en silencio, vi también gente que tenia las manos juntas, los ojos cerrados, y rezando.Era insoportable. Tenia que hacer algo.el hombre de nuestra planta, al que supe apodaban, Canario, desapareció un instante, y volvió con un bolso cargado.
Celulares, joyas, relojes, dinero en efectivo.. cualquier objeto de valor que pudieran llevar los pasajeros..Hasta ahora todo se adaptaba a mi teoría, eso, fue lo que mas me desalento.En cualquier momento, y si nada sucedía, estaríamos fuera del colectivo en el medio de la nada, en esos lugares donde solo la muerte llega, y nosotros esperándola. Vanos serian nuestros intentos de salir, lo supe después de observar la ventana. No se distinguía nada, solo árboles altos y vegetación.
En ese momento lo mire a Marcelo, que en ese momento se puso rígido, firme, y repentinamente, se levanto de su asiento y fue a gatas por el pasillo. El delincuente, ocupado revisando las cosas de ese bolso, no percibió el movimiento, y cuando lo vio, Marcelo ya estaba en el aire, cayendo encima suyo. Se trenzaron a golpes de puño, las manos iban y venían, y los hombres de la primera fila se levantaron también para ayudarlo, pero sucedió algo trágico.La pistola del hombre se disparó, e impacto en la cara de uno de los pasajeros, ese disparo alerto a los demás ladrones, hubo un frenazo, un volanteo, y todo quedo en penumbras.
Solo oscuridad. Yo pensaba que la muerte era distinta, que te morías y no había mas dolor, que todo se acababa, que no sentirías nada, pero no.me duele todo el cuerpo, como si el peso de el universo hubiera caído sobre mi, Mis sentidos todavía funcionaban, el olfato, al menos, pues percibí olor a tierra mojada, como cuando era un nene y jugaba en el patio de mi abuela.No sé si estoy muerto o no, no lo sé.Ahora siento que algo se acerca hacia mí, tengo miedo, pero voy a afrontarlo.En ese momento, abrí los ojos.